Suena un poco simplón, pero estas galletas tienen truco. Tienen una pequeña apertura por la que se ve el relleno de caramelo de chocolate. No son demasiado dulces (cosa que me gusta mucho) y tienen una textura muy agradable. Son del libro de mi colega bloguera rusa aunque la receta seguramente pertenece a la cocina internacional. Yo he probado hacerlas y me han salido a la primera. No hay mucha dificultad, son ricas y chocolatísimas 🙂 En estas fechas y con el frío apetece mucho merendar (o desayunar) un tazón de leche o café con galletas. Estas pegan mucho!!!
Ingredientes (para 10-15 unidades):
Para la masa:
- 180 g de harina
- 20 g de cacao (amargo)
- 100 g de mantequilla
- 50 g de azúcar
- 1 huevo pequeño
- 1-2 cucharas de leche fría
Para el relleno (caramelo de chocolate):
- 120 ml de nata líquida (crema de leche) 15%
- 50 g de azúcar
- 1 cuchara llena de cacao (amargo)
- 25 g de mantequilla
Preparamos la harina con el cacao, el azúcar y la mantequilla fría. Ponemos todos los ingredientes encima de la superficie de trabajo y los cortamos con un cuchillo lo más finamente posible.
Después hacemos una especie de volcán y ponemos en el «crater» el huevo y la leche.
Trabajamos la masa con las manos hasta formar una bola suave y elástica.
Estiramos la masa con un rodillo hasta un espesor de 2 mm aproximadamente. Con un molde de galletas o pastas cortamos círculos o cuadrados (yo he hecho de los dos). En la mitad de los círculos (o cuadrados) hacemos un pequeño corte en el medio con otro molde (puede ser de corazón o de otras formas). De esta manera tendremos los fondos y las tapas de las galletas. Horneamos alrededor de 10 minutos a 200ºC. Vigilad las galletas porque se pueden quemar en un plis plas!
Una vez horneadas, enfriamos las galletas encima de una rejilla y a continuación preparamos el caramelo. Es muy fácil, solo tenemos que juntar todos los ingredientes en un cazo y cocerlos durante unos 10 minutos.
Veréis que la mezcla hervirá y hará burbujas, tendrá que reducir un poco y espesar. De vez en cuando conviene quitarlo del fuego y comprobar con una cuchara lo espesa que es.
Al final la masa habrá reducido a la mitad más o menos y parecerá chocolate caliente.
Retiramos del fuego y mientras está caliente, untamos con una brocha sobre las bases de las galletas. Enseguida ponemos encima la tapa con el agujerito en medio y ya está! Cuando se endurezca el caramelo, la galleta estará lista para ser comida 🙂